Un caso de injusticia para los indígenas - Por Kerry Timoteo

 

Víctor Hernández: un caso de injusticia para los indígenas


Víctor Hernández Gómez tiene 49 años de edad, es casado y padre de cinco hijos. Originario de la Ribera Huacano, Chiapas. En febrero de 2014 Víctor migró a la ciudad de Oaxaca en busca de trabajo. Ahí fue detenido por policías del estado, quienes lo acusaban de un homicidio ocurrido 14 años atrás en el municipio de Villacorzo, Chiapas. Víctor no habla bien español y nunca tuvo un traductor en su lengua; no obstante, recibió una sentencia de ocho años de prisión en el penal número 8 de Villaflores, Chiapas.

Todas las pruebas de descargo presentadas por la defensa desde su detención en 2014 evidencian que Víctor Hernández Gómez no es responsable de la muerte de Raquel Guillén Santiago, hecho ocurrido en el poblado Ocotal Maravilla, el 1 de noviembre de 2000. Sin embargo, Víctor sigue preso…

Además, los tres testigos presenciales del homicidio señalan que la apariencia física y el nombre del inculpado no corresponden al autor material del homicidio. Tampoco la autoridad emitió la media filiación o retrato hablado, datos o elementos que permitan la identificación e identidad formal del responsable del homicidio. Esto se suma a la ausencia de pruebas de cargo, así como la no validez de pruebas de descargo presentada por la propia familia de Raquel Guillén Santiago. Sin embargo, Víctor sigue preso …

El caso de Víctor Hernández Gómez, un indígena zoque de Chiapas que está injustamente preso, es una muestra clara del ejercicio institucional de la injusticia en aquel país.

 

Opino que los casos como el de Víctor muestran cómo la impartición de justicia en un país marcado por la desigualdad y el racismo se ha venido a convertir en un mecanismo institucional caracterizado por los errores colaterales y la boyante corrupción. La herida que genera este tipo de situaciones entre los afectados, familiares y la sociedad en general, es duro.

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